Deprivación y Delincuencia de D. Winnicott, Parte Dos: Un Reporte
Deprivación y Delincuencia de D. Winnicott, Parte Dos: Un Reporte
11 de Marzo, 2020
Basado en las paginas 49-93, según el numero de pagina del documento digital, paginas 101-189 en el libro físico.
Naturaleza y orígenes de la tendencia antisocial
La agresión y sus raíces
Agresión
Se plantea una relación entre el odio, el amor y la violencia. Para Winncott la violencia esta presente en el amor-odio porque el amor-odio representa una búsqueda de lo deseado, existe una fantasía y mediarse entre esta fantasía implica infringir violencia. Los bebes al buscar su deseo natural del pecho de su madre la lastiman al morder su pezón, entonces el niño internaliza que hay veces que para lograr su deseo es necesario lastimar a quienes amas, por eso el niño debe ser selectivo con “cumplir sus fantasías” por que no quiere, y desea extremadamente, lastimar a su madre. El lado del odio presenta la violencia de manera mas directa, aquí el deseo es causar la misma violencia. El texto concluye que es necesaria la sana sublimación de estos deseos, ponerlos en practica, aun que violentos, no es dañino, mas bien preferible, pues solo dejando la fantasía de destrucción actuarse el niño o persona se dará cuenta que ha dañado a si madre y necesita reparar las cosas, formandolo como persona. No perversa, pero sublime y enfocada en trabajo-juego.
Las raíces de la agresión
La violencia no es una manifestación que se desarrolla con las habilidades de sentir odio o celos. Mas bien son el único medio que tenemos para entender el mundo. Cuando un bebe este en el vientre, busca placer corporal mediante chocar su cuerpo contra la superficie del vientre. Eso lo ayuda a explorar, pero en esta etapa se esta explorando a si mismo, golpeando en el vientre el niño aprende donde empieza y donde termina su self. Una herramienta para el desarrollo del self es el uso de simbología, tanto como en los sueños (como un espacio de desarrollo meramente simbólico) como en el mundo real: el niño simbólicamente representa hacer otras acciones, como jugar a ser mama, y así se logra desarrollar. Las señales infantiles de violencia son, por estas rezones, un logro, y una señal de que el niño esta en buen camino.
El desarrollo de la capacidad de preocuparse por el otro
En el epicentro de la preocupación esta la culpa. Esta se desarrolla por la dinámica familiar - como en el complejo de edipo, como es breve-mente mencionado - alguna dinámica sana es necesaria para el desarrollo de la preocupación, hablamos de condiciones cuasi-materialistas. Primero es necesario la distinción del self, luego que se auto-identifica podrá identificar a su madre, como un objeto y una persona que da cuidados, luego el bebe sufre un conflicto interno de querer comer de la madre y no “terminar con ella”, ya que entiende su self lo generaliza a su madre. De aquí la primera preocupación, visceral pero preocupación sin embargo. La preocupación conlleva a la responsabilidad de las acciones, ya que entiende lo que hace. De otra forma surge la angustia al no tener oportunidad de “reparar” el daño hecho as u madre al consumirla.
La ausencia del sentimiento de culpa
Empezamos con dos lentes sobre la moral, la moral debe (1) ser impuesta por autoridad, o (2) ser generada por juicios propios. El superyó interfiere aquí, creando relaciones entre acciones cotidianas y deseos perversos y violentos. El niño siente culpa por sus ideas perversamente superyó-escas y así refuerza su juicio moral. Pero si la culpa que siente el niño viene acompañada de desconfianza de la madre se rompe la dinámica y no podrá reparar nada, por lo tanto no reparará su culpa y le sera genuina-mente dolorosa, perdiendo estos impulsos que normalmente formarían su moral, se volverá alguien incapaz de sentir culpa. Luego se introduce la idea de “el engaño”, en el que el bebe desarrolla la capacidad de engañarse mediante la construcción del mundo, para así darle y encontrarle significado satisfactorio y sano para su salud mental. Pero un superyó dominante no permite el auto engaño, por eso el niño no es capas de desarrollar significado en su adolescencia y etapa adulta.
Algunos aspectos psicológicos de la delincuencia juvenil
Primero es necesario recordar la existencia del inconsciente, pues los ladrones no buscan meramente el objeto robado, pero secar un deseo inconsistente que va mas allá del objeto hurtado. El desarrollo normal involucra las dinámicas internas previamente descritas entre niño-familia (o niño-madre como anteriormente se ejemplifico). Pero si estas dinámicas están ausentes, el niño tendrá una relación niño-sociedad. Buscara al mundo exterior para eso que le falta. El joven busca, y cree que lo encuentra en los objetos que hurta, pero adquirir el objeto que meramente simboliza a la madre o padre no es un sustituto real o satisfactorio. Como no lo encuentra los objetos, el todo del mundo exterior, pierde su sabor. Lo único que no cuestiona, o es decepcionante para el es el método de delincuencia: la violencia. Estas conductas antisociales no son determinantes de crimen, mas bien un S.O.S. para los demás y un grito que pide un mejor ambiente para su desarrollo.
La tendencia antisocial
Como mencionamos anteriormente, el problema a resolver con comportamientos antisociales el el ambiente del desarrollo, el tratamiento psicoanalítico por si mismo no es suficiente si no viene con cambios ambientales.
Naturaleza de la tendencia antisocial
De nuevo hay un énfasis en el ambiente que rodea a quienes tienen estas tendencias, y como ellos persiguen un faltar inconsciente. Hace referencia a estas teorías como ideas Bowlby-anas, se habla de una deprivación como causa. Existe siempre una búsqueda de un objeto (de manera inconsciente) y al no ceder esta necesidad-deseo sucede la deprivación, o falta, de aquello que de estar presente en su desarrollo le causaría lastima al niño, luego de sentir esta culpa el sujeto busca reparar el daño hecho. Pero como nunca encontró el objeto, nunca sintió culpa ni ganas de reparar el daño, por ende tiende a no detenerse frente al daño, violencia, o conductas sin aprobación social.
El robo
El ladrón no busca el objeto hurtado, mas bien resolver sus necesidades inconscientes, generalmente la ausencia del afecto, presencia, dinámicas de, sus padres. Si no sucede una buena relación hogareña el niño tiende a sus comportamientos innatos y violentos; entre ellos el robo. También se presenta de manera temprana las ganas de causar fastidio. Esto se debe a que la estructura mental del niño tiende a generar regresiones de manera habitual.
Primeras señales de la tendencia antisocial
El hambre, la voracidad, es una temprana señal de estas tendencias. Pero esto es prácticamente normal, tanto así que el alimentar los deseos del yo y no los voraces deseos del ello es normal en cuestión de comida. La madre identifica que el bebé quiere mucha comida (deseo del ello) y deja de proveerla (atención al yo); este proceso (sin tratarse de comida, pero de fuerzas del ello contra el yo) es el método de terapia. Es por eso que esta señal es común, muchos niños tienen estas tendencias pero la madre hace una pseudo-terapia, una terapia materna como la llama Winnicott. También se presentan indicios antisociales en la compra de productos. Algunos adolescentes con tendencias antisociales buscan “el objeto” que les falto en el desarrollo, por medio de compras de shopping mall se busca este objeto. Esta también viene disfrazada de comportamiento normal, pero cuando el joven tiene el dinero para ceder su deseo objetal puede encontrar (o cree encontrar) lo que busca sin la necesidad de hurtar.
La perdida original
El hecho que quienes se comportan de manera antisocial busquen un objeto que pertenece al ambiente (como robar, buscar aprobación de quienes lo rodean) es una muestra de que ellos entienden que su carencia es ambiental. En su desarrollo sucede una tensión al solidificar el yo, las actitudes del ello son canonizadas en lugar de ser las yoicas. Formando entonces comportamientos típicos de ello (ganas de buscar “el objeto”, fastidiar, ser voraz). Los impulsos del ello en combinación con el auto-conocimiento que la carencia es ambiental llevan a la persona a buscar una manera de convertir al ambiente como algo activo y estimulante. Por eso hacen del ambiente “una aventura” mediante el constante juego en contra del ambiente. Las actitudes antisociales son una manera de tener al ambiente, al objeto perdido, cerca de sí.
Tratamiento
El psicoanálisis no es el tratamiento adecuado para las tendencias antisociales, un ambiente que reconstruya la dinámica yo-ello lo es.
Psicología de la separación
La separación y la perdida están altamente vinculados. Como en el resto del texto, se habla principalmente de niños en desarrollo. Para los cuales el sufrir una perdida no es trágico por la perdida en si, por la falta del objeto en si, mas bien por que en tan temprana edad no existe la maduración para sanar.
Psicología del duelo
El duelo se trata de una perdida de un objeto, este llegara a ser odiado por consecuencia de la perdida. Primero el odio es grande, pero con el paso del tiempo se disminuye y elimina este odio interno. Pero los niños no tienen la madures para pasar por un duelo con éxito. El primer obstáculo es la comprensión. No se puede dejar de odiar algo que siquiera se entiende, como la muerte para un bebé o explicarle a un niño que es adoptado. La permanencia o perdida del objeto (materno o hogareño) determina si el niño desarrolla o pierde la capacidad de la preocupación. Estos elementos en conjunto (comprensión + preocupación) forman las bases para llevar a cabo un duelo.